Existen algunos requisitos que deben cumplir los colaboradores de una organización para mantener un entorno de trabajo óptimo. La calidad de este entorno la conforman tanto la relación con los compañeros, así como el uso correcto de ciertas estrategias.
Esto se resume en varias actitudes profesionales y personales que necesita aplicar el trabajador para cumplir cada una de sus obligaciones y así relacionarse mejor en el entorno laboral.
1. El pensamiento crítico
Esta postura permite detectar posibles fallos durante el desempeño del trabajo e identificar problemas en las instrucciones recibidas en lugar de seguirlas de forma estricta. Pensar por ti mismo te ayuda a opinar y decidir con base en tus criterios.
2. La apertura al crecimiento
Consiste en la capacidad de afrontar nuevos retos y no encasillarse en el propio trabajo. Así mismo, esta actitud se caracteriza por la iniciativa para apoyar en determinadas tareas de manera voluntaria, procurando tanto el beneficio propio como el de la organización.
3. La aceptación de las imperfecciones
La conducta perfeccionista puede afectar la productividad del trabajo individual o en equipo. Recuerda que el perfeccionismo no es posible y este se deriva del miedo a equivocarse.
4. La actitud proactiva
Esta consiste en tener una disposición orientada a concluir metas específicas y asegurarte que todas las tareas tengan un objetivo en concreto. En pocas palabras, ser proactivo es realizar el trabajo por convicción propia.
5. La actitud asertiva
La asertividad es la capacidad de comunicar lo que debe ser dicho en el momento necesario. Las personas asertivas están comprometidas con la labor en la que se encuentran y son capaces de expresar lo que deban decir sin miedo ni reticencia.
6. La actitud empática
La empatía te permite ponerte en el lugar de los demás y valorar los puntos de vista ajenos. Además, este requisito consiste en no criticar a otros colaboradores y tener la predisposición para trabajar en equipo.
7. La escucha activa
Escuchar de manera activa es prestar total atención al mensaje, tanto verbal como no verbal, sin distraerte en otras cosas. Muchas fallas que ocurren en el entorno laboral son causadas por no poner atención a las instrucciones. Si mejoras esta habilidad, sin duda mejorarás todas las demás.