En algún momento, todos hemos sentido la plena satisfacción de haber sido escuchados por alguien más. La sensación de que nos presten atención y de que comprendan lo que decimos es reconfortante. No obstante, surge una pregunta al respecto: ¿Por qué es tan importante esto para nosotros como seres humanos? Vamos a descubrir por qué lo es.
Porque somos seres sociales
Desde que nacemos, comenzamos a interactuar con otros individuos. Hay que destacar que la comunicación es imprescindible para expresar nuestras ideas, sentimientos y necesidades, al igual que los demás. Por lo que, cuando alguien nos escucha, sentimos que somos parte de algo y que no estamos solos.
Porque nos hace sentir valorados
El acto de ser escuchados nos da la sensación de que importamos. Cuando alguien nos dedica su tiempo y su atención a lo que estamos expresando, ese alguien nos demuestra que nuestras opiniones y sentimientos son reconocidos. Como consecuencia de ello, nuestra autoestima y nuestra confianza pueden verse afectadas para bien propio
Porque fortalece nuestras relaciones
La escucha activa es capaz de mejorar nuestras conexiones con los demás. Cuando nos sentimos escuchados por otra persona, se crea un vínculo de confianza y respeto mutuo. Esto último puede lograr que las relaciones se vuelvan más profundas e incluso más significativas.
Porque podemos desahogarnos
Hay ocasiones en las que necesitamos desahogarnos y expresar lo que llevamos dentro. En este sentido, hablar con alguien que nos escucha con atención puede ayudarnos a aminorar el estrés, la ansiedad o la tristeza que traemos. Sin duda, esta es una forma de procesar nuestras emociones y sentirnos mejor.
Porque favorece el diálogo
Al ser escuchados, no solo nos sentimos comprendidos, sino que también contribuimos a que los demás entiendan nuestros puntos de vista u opiniones. Esto último puede darse gracias a una expresión adecuada de nuestras palabras, a la vez que se evitan ciertos malentendidos y se promueve una comunicación más efectiva.
Porque fomenta el crecimiento
Y por último, cuando hablamos con alguien y somos escuchados, también podemos tener la oportunidad de reflexionar acerca de nuestros propios pensamientos y emociones. Por lo tanto, esto nos permite conocernos aún más, identificar nuestras áreas de mejora y, por consiguiente, crecer como personas.
Para concluir
En definitiva, la escucha es una herramienta poderosa que enriquece nuestra interacción con las personas, pero sobre todo, nos brinda un mejor bienestar emocional. Así que la próxima vez que alguien quiera hablar contigo, recuerda la importancia que tiene el acto de prestar atención.