6 mitos frecuentes sobre el estrés

El estrés, esa sensación que se percibe como una amenaza, a veces puede malentenderse. Aunque es una parte inevitable de la vida, existen algunos mitos que distorsionan su comprensión real. Conozcamos y desmintamos esos mitos.

1. El estrés es dañino

El estrés no siempre es perjudicial. De hecho, existe algo conocido como ‘estrés positivo‘ o eustrés, que puede motivarte y ayudarte a enfrentar tus desafíos. Este tipo de estrés genera una excitación que potencia la concentración y la eficacia en la realización de tareas.

2. El estrés se nota a simple vista

No todos los signos de estrés son obvios. Algunas personas experimentan efectos sutiles, como ligeras alteraciones en el sueño o cambios menores en los hábitos alimenticios, que pueden pasar desapercibidos.

3. El estrés afecta a todos de igual manera

Cada individuo responde al estrés de manera distinta. Lo que estresa a una persona puede no afectar a otra. Factores como la genética, las experiencias de vida y las técnicas de afrontamiento juegan un papel crucial en cómo cada uno maneja el estrés.

4. Solo las cosas negativas generan estrés

Si bien es cierto que las situaciones negativas causan estrés, otro tipo de eventos también pueden hacerlo. Organizar una boda, recibir un ascenso o mudarse a una nueva casa, son ejemplos de cómo los cambios positivos también requieren adaptación y pueden ser fuentes de estrés.

5. El estrés es solo psicológico

La realidad es que el estrés no afecta solo a la mente, sino que también tiene efectos físicos significativos, como por ejemplo, el aumento de la presión arterial, problemas digestivos, y alteraciones del sueño.

6. No hay nada para manejar el estrés

Contrario a esto, existen muchas técnicas efectivas para el manejo del estrés, como la meditación, ejercicios prácticos, técnicas de respiración, terapias cognitivas y conductuales, entre otras.

En suma, desmitificar las creencias erróneas sobre el estrés te ayuda a ver otras perspectivas al respecto. Al comprender que el estrés puede ser tanto un motivador como un detractor, y que su impacto varía de persona a persona, puedes aprender a utilizarlo a tu favor y mejorar tu bienestar general.