Procrastinar es dejar para después las cosas por hacer. Es la tendencia a retrasar las obligaciones. Esto provoca que las tareas se acumulen al grado de producir estrés. Cuando la procrastinación se convierte en un hábito, este afecta tu vida profesional y personal.
Este fenómeno puede afectar tu productividad, tu salud física, e incluso tu salud mental. Existen varias causas que te llevan a procrastinar en los momentos decisivos. Estas son las razones por las cuales dejas para otro momento lo que necesitas hacer.
1. No tienes un horario establecido
Si no tienes un horario estructurado, el estrés aumenta porque estás pensando qué actividades hacer primero y qué cosas dejar para después. Las personas que siguen un calendario definido, son más productivas y están satisfechas con su rendimiento.
2. El exceso de estrés en el trabajo
El estrés excesivo, combinado con las tareas pendientes, puede generar frustración. Esto último se repite hasta el punto en que sientes cada vez más estrés y, por ende, más frustración.
3. La falta de descanso
Muchas personas sacrifican horas de sueño pensando que pueden aventajar trabajo pendiente o gastan ese tiempo en actividades secundarias. Al no descansar de manera correcta, el desempeño físico y mental es más deficiente.
4. La falta de asertividad
No ser asertivo causa que dejes de lado las tareas importantes y priorices otras actividades que no lo son. Esto retrasa tu trabajo y te roba tiempo valioso.
5. Te preocupa no terminar las tareas
Nada es perfecto. No te sabotees y empieza a hacer lo que tienes que hacer.