Definición y ejemplos de la ilusión de agrupamiento

Concepto

La ilusión de agrupamiento es un sesgo cognitivo que lleva a las personas a sobreestimar la importancia de pequeñas series, rachas o grupos en muestras grandes de datos aleatorios. Este fenómeno nos hace creer que existen patrones significativos donde en realidad solo hay aleatoriedad. Aunque parezca un error inofensivo, este sesgo puede influir en la toma de decisiones en una gran variedad de aspectos.

Este sesgo se basa en la propensión a buscar patrones y conexiones en el mundo que nos rodea. Desde una perspectiva evolutiva, la habilidad para reconocer patrones ha sido vital para la supervivencia. Sin embargo, esta predisposición también puede llevarnos a ver conexiones donde no las hay. Por ejemplo, al observar una secuencia de lanzamientos de una moneda, las personas tienden a percibir “rachas” de resultados similares (Como varias “Caras” seguidas) como algo significativo, cuando, en realidad, en una serie larga de lanzamientos, tales agrupamientos son estadísticamente normales.

Antecedentes

Este sesgo fue popularizado por Amos Tversky y Daniel Kahneman. En su investigación, demostraron cómo las personas tienden a malinterpretar las secuencias aleatorias. Un estudio clásico es el de las “rachas” en los deportes, donde los individuos creen que un deportista está “en racha” si anota varios puntos consecutivos. No obstante, el análisis estadístico revela que estas son solo fluctuaciones aleatorias en el desempeño.

Ejemplos cotidianos

En las apuestas o los juegos de azar, los participantes suelen creer en la “racha de suerte” o en la “mala racha“. En los casinos, es común que las personas piensen que una máquina tragamonedas “debe pagar” después de una serie de pérdidas, o que un número en la ruleta “está caliente“. Sin embargo, en los juegos no azarosos o justos, cada evento es independiente, y la probabilidad de un resultado no se ve afectada por los eventos anteriores.

En la vida cotidiana, la ilusión de agrupamiento se manifiesta cuando las personas perciben patrones en los sucesos fortuitos. Por ejemplo, al notar una serie de eventos desafortunados, alguien podría pensar que “todo le sale mal últimamente” o que está atravesando una “mala racha“.

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