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Concepto y características de la ilusión de frecuencia

Concepto y características de la ilusión de frecuencia

Contexto

La ilusión de frecuencia, también conocida como fenómeno de Baader-Meinhof, es un sesgo cognitivo que provoca la sensación de que algo aparece con mayor frecuencia después de que lo hemos notado o aprendido por primera vez. Este efecto genera la impresión de que una palabra, concepto o evento específico surge de forma repentina en nuestra vida, cuando en realidad no ha cambiado su frecuencia objetiva.

Este fenómeno es un ejemplo concreto de cómo el cerebro tiende a sobreestimar la prevalencia de algo que le ha llamado la atención, confundiendo la coincidencia con la causalidad. El efecto de Baader-Meinhof se puede explicar mejor mediante dos procesos psicológicos clave, la atención selectiva y el sesgo de confirmación.

El nombre “fenómeno de Baader-Meinhof” surgió de una experiencia ocurrida en los años 90. Un usuario de internet mencionó por primera vez a este grupo guerrillero alemán, la Facción del Ejército Rojo, también conocido como Baader-Meinhof, y poco después notó que el nombre volvía a aparecer con inusual frecuencia en conversaciones y medios de comunicación. Aunque el fenómeno ya existía, el nombre fue adoptado en internet como referencia a esta anécdota.

Bases cognitivas de la ilusión de frecuencia

Este efecto no implica un aumento real en la frecuencia de la aparición de los eventos o estímulos percibidos, sino que este se basa en otros sesgos cognitivos. Esos sesgos son los siguientes:

Atención selectiva

Cuando algo nuevo capta nuestra atención, el cerebro se sintoniza para detectar más cosas relacionadas con ese estímulo. Por ejemplo, si recién aprendiste una palabra nueva, como “serendipia“, es más probable que le prestes atención cuando aparezca en tu entorno. Este proceso es inconsciente y parte del sistema de procesamiento de la información, el cual está diseñado para la identificación de patrones.

Sesgo de confirmación

Este sesgo nos lleva a notar la información que avale nuestras expectativas o creencias previas, mientras ignoramos los datos que las contradigan. En este contexto, una vez que un estímulo se vuelve relevante, el cerebro tiende a interpretar como significativos los eventos que confirman la idea de que ese estímulo aparece con mayor frecuencia. Los estímulos que no encajan con esta percepción tienden a ser minimizados o ignorados.

Relación con otros sesgos

Sesgo de disponibilidad

Este sesgo se refiere a la tendencia de las personas a juzgar la probabilidad de los eventos basándose en la facilidad con la que pueden recordarse ejemplos. En el caso de la ilusión de frecuencia, las nuevas instancias del estímulo están más “disponibles” en nuestra memoria, lo cual refuerza la sensación de que son más frecuentes.

Sesgo de selección

De manera similar, este sesgo ocurre cuando damos más importancia a ciertos estímulos por haberlos seleccionado de forma inconsciente como relevantes, ignorando así otros eventos que no encajan en nuestro esquema mental.

Ejemplos cotidianos

Si acabas de comprar un coche de una marca o modelo específico, es probable que empieces a notar que hay más vehículos similares en la calle Esto crea la impresión de que existen más autos de ese tipo que antes.

Cuando aprendes una palabra nueva, te puedes dar cuenta de que aparece en muchos lugares, por ejemplo, en conversaciones, libros o medios, cuando lo más probable es que ya estaba ahí. No obstante, antes de conocerla, tu cerebro no la detectaba o no le daba importancia.

Tras ver un anuncio de un producto en la televisión, puedes empezar a notar ese mismo producto de manera repetida en otros medios o en la vida real, creando la impresión de que está en todos lados.

Explicación

Desde una perspectiva evolutiva, la ilusión de frecuencia tiene mucho sentido. El cerebro ha sido diseñado para identificar patrones, lo que resulta útil para detectar amenazas o recursos importantes en el entorno. Esta capacidad nos ayuda a adaptarnos y sobrevivir, aunque en otros contextos puede conducirnos a percepciones falsas.

Este sesgo podría ser visto como un remanente de este mecanismo evolutivo, en donde se maximiza la eficiencia al priorizar la atención en lo que consideramos relevante. Sin embargo, esto no siempre refleja la realidad objetiva.

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