Definición
La correlación ilusoria es un sesgo cognitivo que nos lleva a percibir una relación entre dos eventos o variables cuando, en realidad, no existe tal relación o es mucho más débil de lo que pensamos. Este fenómeno puede tener grandes implicaciones en la forma en que interpretamos el mundo y tomamos decisiones, ya que puede influir en nuestras creencias, estereotipos y juicios sociales.
Antecedentes
Este sesgo fue introducido por los psicólogos David Hamilton y Robert Gifford en un estudio seminal de 1976. En el experimento, los participantes recibieron información sobre dos grupos, uno mayoritario y otro minoritario, junto con una serie de comportamientos positivos y negativos. Aunque los comportamientos negativos eran estadísticamente menos frecuentes en ambos grupos, los participantes tendieron a asociar más comportamientos negativos con el grupo minoritario. Esto demostró cómo las personas pueden percibir asociaciones entre un grupo y un rasgo (en este caso, comportamientos negativos) debido a su menor frecuencia, creando así un estereotipo que no se corresponde con la realidad.
Mecanismos de la correlación ilusoria
Sesgo de atención
Aquí las personas tienden a prestar más atención a eventos o información que son inusuales o sobresalientes. Por ejemplo, cuando se observa un evento poco común en un grupo minoritario, se le otorga una mayor relevancia, lo que lleva a la percepción de una relación que no existe. Este fenómeno está relacionado con el sesgo de disponibilidad, en donde los eventos que son más fáciles de recordar se consideran más frecuentes o probables.
Sesgo de confirmación
Una vez que las personas forman una creencia sobre la relación entre dos eventos, tienden a buscar y recordar los datos que confirmen esa creencia. Además de la confirmación, también se ignora o minimiza la información que la contradice. Este sesgo refuerza la correlación ilusoria y, por ende, la vuelve más resistente.
Implicaciones
La correlación ilusoria puede ser una fuente importante de estereotipos y prejuicios. Por ejemplo, si una persona tiene una experiencia negativa con un miembro de un grupo minoritario, puede generalizar esta experiencia a todo el grupo y, en consecuencia, se puede percibir una relación e idea que no se corresponde con la realidad.
En ocasiones, las personas también perciben ciertas conexiones entre eventos no relacionados, como creer que usar cierta prenda trae buena suerte o que un determinado ritual influye en los resultados de un evento deportivo. Este tipo de pensamiento mágico es otra forma común de este sesgo.